El 11 de marzo del 2015 se hizo saber que el preso social Giorgos Sofianidis, en huelga de hambre desde el 27 de febrero, había perdido 6,5 kilos de su peso corporal, presentaba debilidad y se cansaba facilmente, incluso con el mínimo intento de caminar unos metros.
El mismo día, el preso comunista Dimitris Koufontinas, en huelga de hambre desde el 2 de marzo, había perdido 6 kilos de su peso corporal, y también presentaba debilidad y cansancio. Hay que subrayar que las huelgas de hambre que ha llevado a cabo en el pasado hacen su situación aún más delicada.
Ambos huelguistas fueron trasladados desde las prisiones de máxima seguridad de Domokos al hospital de Lamia para que les realizaran los análisis necesarios y permanecer internados en los cuartos-celdas para presos, en condiciones insalubres. Poco después de su llegada al hospital, el ministerio de justicia ordenó que los volvieran a trasladar a las prisiones de Domokos, dejando claro que lo que busca es transformar las huelgas de hambre en torturas para lxs presxs.