El 2 de agosto, unos 45 maderos de diversas unidades policiales asaltaron la plaza de Exarchia, detuvieron al anarquista Giannis Dimitrakis en un café de la calle Tsamadou donde se estaba tomando un café y, luego, lo trasladaron a la Jefatura de policía de Atenas. Varias horas después, el compa fue liberado. Sigue un texto que escribió al día siguiente sobre su detención:
Definitivamente, el siguiente incidente no le va a sorprender a casi nadie, pues este tipo de episodios se han convertido en parte de una cotidianidad llena de acontecimientos similares.
Claro que solo me refiero a otro episodio más de violencia y represión, bastante agresivo contra mí, resultado de la acelerada actividad de bandas fascistas/las unidades DELTA y DIAS de policía motorizada en el centro de Atenas, pero también allá donde llegue el largo brazo de la ley.
La historia tiene características muy vengativas dado que mi secuestro, en una cafetería de la plaza de Exarchia el 2 de agosto de 2012, supuestamente se trataba del “típico” arresto preventivo y comprobación de identidad –según dicen ellos– pero mientras nos alejábamos de miradas familiares y caminábamos por callejones poco frecuentados de la zona, surgió el asunto de las deudas. No es que les deba ninguna cantidad de dinero, sino parece que tenía que pagar un precio peculiar por el hecho de que soy anarquista y, además –según ellos–, uno que dispara a agentes de policía.
Así que, practicando sus insultos más vulgares y amenazas contra mí, una manada de Tagmatasfalites [batallones de seguridad de colaboracionistas durante la II Guerra Mundial], siempre respaldados por el Estado, estaba apostado en la esquina de las calles Vassileos Irakleiou y Bouboulinas esperando por un vehículo para trasladarme a la Jefatura de Policía (GADA), bajo la protección de un escuadrón de la policía antidisturbios (MAT) que, como norma, acampa allí todos los días.
Aunque siguieron el procedimiento en un contexto más o menos conocido hasta este punto, mis tres horas de arresto en los pasillos de la jefatura de policía estuvieron adornadas por el uso de la violencia física en grandes dosis, con las manos atadas a la espalda, así el decorado se vio catapultado a un estado de canibalismo violento digno de la reputación que acompaña a los batallones de seguridad.
Aun así, si me refieron con frecuencia a estas fuerzas represivas específicas –y otras– como “batallones de seguridad” no es porque intente despertar los impulsos emocionales y volitivos de algunxs al rescatar imágenes de atrocidades del pasado, sino porque en parte es verdad que actúan de forma similar a aquellos aborrecibles sujetos y en parte porque fueron ellos quienes constantemente reintrodujeron el asunto de la Guerra Civil griega de 1946-1949 con sus lemas.
La 9ª División de Batallones de Comando de Montaña (LOK) del Ejército nacional desfiló ante nosotrxs, división responsable de varias masacres, entre otras, contra guerrillas entre 1946 y 1949. Hablaron de Grammos y Vitsi como espacios de aplastantes derrotas del Ejército democrático [dos montañas al norte de Grecia donde el Ejército democrático de Grecia (DSE) sufrió grandes pérdidas en las batallas de 1949 y lo que quedaba de las fuerzas del DSE tuvo que huir a Albania, dado que la Guerra Civil griega había finlalizado en términos militares]. La referencia se hizo con orgullo a su papel paramilitar y su acción –patrocinada y, por tanto, no realmente incontrolable–, etc.
Detalles tontos que, sin embargo, reflejan la situación de creciente polarización que existe hoy en la sociedad, pero también cómo esta polarización –por supuesto, sin excluir el factor subjetivo– lleva solidamente a la formulación de claras líneas divisorias y facciones, donde todo el mundo tiene que elegir un bando.
Para terminar, me gustaría recalcar que nadie tendría que hacer referencia a un incidente así, que ocurrió por enésima vez, para demostrar el papel de la policía y sus recursos humanos desechables, y no pienso de ninguna manera que se tratara de un incidente más allá de la lógica y, menos aun, de la legalidad.
Esta lista de circunstancias busca informar, y no protestar o denunciar, sobre la forma del conflicto en un futuro cercano entre aquellxs que luchan por el derrocamiento y la revolución y quienes usarán uñas y dientes para defender sus intereses y privilegios en el régimen existente.
Personalmente, no tengo más respuestas para el acoso y las amenazas de los batallones uniformados de seguridad y sus superiores que seguir luchando impasible y de forma más dinámica por la derrota total de los dirigentes de este mundo.
NI UN PASO ATRÁS
Giannis Dimitrakis
3 de agosto de 2012