“No puedes cortar ni un trocito de la libertad, porque inmediatamente TODA la libertad se concentrará en este trocito” Bakunin
Desde un mes y medio yo por mi parte también vivo la experiencia de la “hospitalidad maravillosa” de las cárceles griegas. Mi viaje empezó desde la inexplicable larga estancia en los calabozos de Rodos, como la estación siguiente tuve la dirección de traslados en la avenida Petrou Ralli de Atenas y acabé (por lo menos por ahora) en la cárcel de Alikarnassos en isla de Creta. Aunque el periodo de mi estancia dentro es demasiado pequeño para hacer unas declaraciones extensas, me gustaría añadir mis, tan pocas, aún, experiencias, y de este modo contribuir a este proyecto tan importante como la creación de una publicación dedicada exclusivamente a las palabras de presos mismos.
Las condiciones en calabozos de Rodos eran literalmente inhumanas. No obstante, la búsqueda de la libertad es un instinto fuerte, por lo tanto desesperadamente quería ver un poco de cielo a través de alguna ventana. Pero muy rápido entendí que las ventanas están consideradas como una especie de lujo. Las celdas eran muy pequeñas, uno se tenía que esforzar para respirar, porque en unos pocos metros cuadrados debían caber bastantes personas. El espacio no era suficiente para dormir, puesto que aparte de la agobiante situación, los colchones eran manchados de orina y excrementos de los drogadictos, así presentando un evidente peligro de contagio de enfermedades. Yo personalmente, por ejemplo llegue a permanecer despierto 36 horas, porque además tuve que soportar unas interrogaciones incesantes. Con todo esto, más el calor y falta de viento veraniegas, pienso que cada uno y una de vosotrxs se puede imaginar fácilmente lo trágico de esa situación. En lo que se refiere a la cuestión de comida, claro que no esperé nada mejor y la confirmación de mi sospecha no tardó en llegar. El plato se nos daba una vez al día y era algo imposible de comer. El agotamiento y desnutrición eran fenómenos de cada día.
La continuación fue, como ya dije, la comisaria de traslados en Atenas. Allí logré de ver mis personas cercanas y de este modo ganarme más coraje para los días siguientes. A mis oídos “la visita” sonó como algo mágico y el hecho de ver a mi gente era lo más bello que me pudo pasar en este momento, teniendo en cuenta como importante es para un preso/una presa cada tipo de apoyo por parte de compañeros y familiares.
Luego de repente fui trasladado a la cárcel de Alikarnassos. Las condiciones son aquí igualmente duras, y hace poco esto provocó un amotinamiento de presos. Hay celdas en cuales no hay ni el aseo, como la mía, con el resultado siendo muchos de los presos se quedan puede que hasta 13 horas sin poder resolver sus básicas necesidades fisiológicas. El tamaño de las celdas es de algunos 10 m cuadrados. Dentro hay unos 2-3 presos más algunas 40 cucarachas, sin contar otras especies de bichos, los cuales naturalmente no respetan ni tu comida, ni tu tranquilidad, lo que resulta en frecuentas peleas, las cuales-por ahora- parece que ganamos nosotros, los presos…Además, las “autoridades competentes” a menudo decretan varias prohibiciones de productos, hasta esos de primera necesidad, como higiénicos y ropa interior. Y por fin, la comida está basada en legumbres que tienen pinta de que fueron guardados desde la época de ocupación alemana más -a lo mejor-carne, que parece un poco más fresco, lo estimó, digamos, del periodo de la Junta…
En un clima como este y por el hecho que recién un preso casi se murió-gracias a la habitual negligencia de carceleros-, el 16 de septiembre los presos de Alikarnassos se amotinaron. Teniendo en cuenta que en esta cárcel existen entre los presos unas diferencias enormes en lo que se refiere a su nivel “ético”, económico pero también político, el carácter masivo y colectivo del motín llegó bastante lejos. Una importancia muy particular durante esos sucesos tuvo la respuesta inmediata de lxs compañerxs que al escuchar la noticia del motín montaron una manifestación solidaria que llegó de Heraclión con motocicletas. Todos los prisioneros sienten la necesidad de tales actividades de apoyo y solidaridad y todos juntos saludaron a esta iniciativa. Durante las horas que duró la motín no había ningún comité de presos, que hiciera decisiones o sería el cabecilla. Enseguida se montó una asamblea informal, la cual esencialmente gestionó las conversaciones con autoridades fiscales, mientras que todos los presos estuvieron presentes durante las negociaciones. Vale la pena subrayar que el respeto mutuo entre los presos se hizo destacar como el elemento básico de este amotinamiento, como todos percibieron la urgencia de resolver los problemas vitales de una manera digna. Finalmente, es importante de mencionar que también los presos de origen albanés masivamente tomaron parte en la motín, a pesar de que justo en esa cárcel predomina un fuerte racismo contra ellos, debido a, como dicen “unas cosas que ocurrieron en el pasado”. El racismo este sigue hasta ahora, tienen unos patios separados y sus celdas están en un otro modulo.
Acabando esta carta quiero saludar todxs aquellxs que piensan correctamente y, más allá de los desacuerdos políticos y personales, apoyan a todxs lxs presxs políticxs y presxs en lucha. Es una imperativa la necesidad de comprender que esas mezquindades están fuera del lugar cuando nos enfrentamos a semejantes situaciones. Al fin, declaro explícitamente que seguiré luchando desde las mazmorras de la democracia de manera continua, intransigente y irrevocable, justo así como lo hice cuando estaba fuera.
HASTA LA VICTORIA FINAL, POR LA DESTRUCCIÓN DE CADA CÁRCEL
LIBERTAD A LXS QUE ESTÁN DENTRO
Thodoris Delis
cárcel de Alikarnassos
4/10/2010